No. Esta es una de las más comunes creencias acerca de la hipnosis. James Braid (1796 – 1860), creó el término “hipnosis”, determinando erróneamente que el fenómeno era una “forma de dormir”. El Dr. Braid nombró el fenómeno tomando la palabra “Hypnos”, que era el Dios Griego de los Sueños. Cuando se quiso corregir el error, la palabra “hipnosis” ya se había popularizado. 

En una sesión de hipnosis la persona luce como si estuviera dormida pero NO lo está, sino todo lo contrario, está más alerta y concentrada, con la capacidad natural de recordar y olvidar la misma cantidad de información que se recuerda u olvida durante una conversación en estado de vigilia. La hipnosis se define como un estado especial de conciencia en el que el hipnotizado mantiene su capacidad para ver, oír y sentir.

No existe ninguna pérdida de conciencia. Bajo hipnosis, la persona está más alerta y enfocada, en un constante diálogo con el hipnoterapeuta.

Ninguna persona se ha quedado o se puede quedar en trance permanente debido a que la persona siempre tiene el control, si por algún motivo el hipnoterpueta saliera del lugar de la sesión y dejara a la persona sola, lo que pasaría sería que la persona podría quedarse dormida o abriría los ojos para salir del trance.

No. La mente consciente está presente todo el tiempo nunca desaparece, simplemente se convierte en un observador. No hay revelación de secretos, la persona nunca dirá o hará algo que esté en contra de su seguridad, valores, principios o creencias.

Algunas personas se preocupan y piensan que en una sesión de hipnosis van a perder el control, pero no existe ningún control. Con el proceso hipnótico la persona gana más control sobre ella misma.

Aun cuando una persona se encuentre en estado de hipnosis profunda, no realizará nada que el terapeuta le sugiera si no está de acuerdo con la sugerencia.

Cierto y Falso. Es cierto, porque es verdad que usted no puede ser hipnotizado si usted no quiere. Es imposible ser hipnotizado en contra de su voluntad. Pero por otro lado, la mayoría de la gente sí puede ser hipnotizada si así lo desea (no son hipnotizables aquellas personas bajo el influjo de alguna droga en el momento de la sesión, en estado de ebriedad, con esquizofrenia, o que simplemente no puedan seguir instrucciones).

Falso. En la hipnosis de teatro los “hipnotistas” proyectan una personalidad dominante, porque la intención es hacer creer a la gente que tienen “poderes especiales”, “una mirada poderosa” o que puede manipular a su antojo la mente de los demás, pero sólo eso: “un show”, un espectáculo donde se mezcla la hipnosis y el ilusionismo. En contraste, en la hipnosis clínica se requiere de una relación de confianza y respeto donde la persona se sienta confortable con el hipnoterapeuta